Quito es una ciudad que se construye a partir de la migración: parte de su riqueza se la debe a los flujos migratorios de personas de otras regiones del Ecuador, así como de otros países. Sin embargo, el miedo y la ignorancia provocan reacciones xenófobas que se traducen en prácticas de discriminación y violencia en contra de poblaciones vulnerables.
Entre enero y agosto de 2018, Ecuador recibió alrededor de 547,000 personas desde Venezuela con un promedio diario de 2,700 a 3,000 personas, el mismo que incrementó a 4,500 durante los meses subsiguientes. La mayoría de estas personas huyeron de su país a pie, en condiciones precarias y sobreviviendo a la escasez de alimentos (el 75% de personas en Venezuela han perdido 11 kilos en promedio debido a la crisis) y productos de primera necesidad. Ya en el Ecuador, en general, sus condiciones siguen siendo de extrema vulnerabilidad.
Por eso, gracias al apoyo del Centro Cultural Itchimbía, durante dos días ofrecimos jornadas de creación y capacitación para mujeres que han sobrevivido algún tipo de violencia, especialmente mujeres migrantes que han luchado por estar en la ciudad de Quito. El 6 y 7 de marzo de 2019, durante todo el día, un total de 42 mujeres nos reunimos para tejer una red que nos soporte y nos ofrezca el inicio seguro de una nueva vida.
Además, realizamos la inauguración de la muestra “Telas de Araña: ¿Cómo escribir el silencio, cómo tejer el olvido?” con las fotografías e ilustraciones de la primera edición en Tumaco y Pasto, Colombia.